jueves, 16 de julio de 2015

Palabra CRUDEZA y frase de EDGAR ALLAN POE

¡Hola, queridos lectores!

Bienvenidos a este mes de Julio y sus Latidos. Un latido muy especial porque al final del post os dejo una gran Noticia para mi amigo Eduardo!

Esta vez, para crear, hemos escogido la palabra Crudeza, y una frase del gran EDGAR ALLAN POE, (que nos encanta a Eduardo y a mí). ¿A quién no le gusta Poe?

La frase escogida, de entre todas sus perlas y excepcionales trabajos, ha sido:

Los que sueñan de día son conscientes de muchas cosas que escapan a los que sueñan solo de noche.

¡Esperamos que os gusten nuestros trabajos!

¡Un abrazo! ¡Hasta la próxima!


+Crudeza: 

1. Característica de lo que es cruel o extremadamente realista.
2. Rigor o aspereza.


NO TE CREO

No te creo
si me dice tu certeza
que en la luz que nos arropa,
en la verdad que nos inquieta,
en la manta que nos alumbra,
en la penumbra que nos apresa,
en la ruptura que nos suma,
en la frialdad que nos quema,
en la claridad que nos abruma,
en este orgasmo que se aleja
y hacia el olvido nos empuja
no hay crudeza.

No te creo
si me dice tu inocencia
que en este poema
de caricias y trizas de niebla
no hay atisbo alguno
de lluvia
y de crudeza.

-Eduardo José Villanueva-



CRUDEZA

Crudeza.
Tú, que llegas con
los vaivenes de la vida,
con las caídas y las levantadas,
con los adioses de las despedidas,
con la indisoluble muerte y su eterna caricia.

Crudeza.
Tú, que eres realismo puro,
que eres sombras que beben de la luz
tornando los anaranjados en grises luto,
hasta convertirlo todo en negra inquietud.

Crudeza.
Tú, que llegas cuando nadie te ansía,
con tu lasciva saliva: adormeciendo los sueños,
matando las ilusiones,
desenterrando los miedos
de las rebeldes sístoles.

Crudeza.
Tú, que llegas cuando nadie te ansía,
con tus gemidos hilarantes: entumeciendo sonrisas, 

mutilando sentimientos,
desangrando las venas
en besos repletos de olvido.

Crudeza, tú que eres aspereza en los sentidos,
Que desgarras el alma con tus aullidos.
Que regalas realidad y matas desvaríos.
 

Crudeza.
Desquiciada crudeza.
Inhumana crudeza. Que me enseñas, me gritas, me llamas, me haces fuerte, me regeneras.
¡Oh, ven crudeza!


-Octubre-



+Frase:

“Los que sueñan de día son conscientes de muchas cosas que escapan a los que sueñan solo de noche” -Edgar Allan Poe-


ERROR DE CÁLCULO

Cuando desperté creía que todo seguía igual.

Las cortinas color crema daban la impresión de mitigar la palidez del amanecer. Una tenue luz amarillenta acariciaba cada recodo de la habitación, creando en el techo un contraste curioso, bermejo. El cuadro de los gatos recostados sobre la cesta de mimbre, que colgaba de la pared, continuaba ligeramente torcido hacia la izquierda. El traqueteo del reloj apenas era audible, debido a ese extraño y desconocido zumbido que provenía de otra habitación, tal vez de la contigua, aquella en la que fornicaba una pareja de quinceañeros que saboreaban la miel, a la que más adelante descubrirían un toque amargo, de una identidad adulta.

Tumbado desde la cama vi como ella tenía perdida su mirada en aquel dibujo que iba creciendo en el suelo. Los ojos ensimismados de la mujer no transmitían paz ni sosiego, más bien deseo de profundizar en un abismo desconocido. La boca entreabierta reflejaba tierno desequilibrio, fascinación enfermiza o, tal vez tan solo, querencia hacia lo abyecto.

El dibujo crecía a base del goteo incesante que provenía del techo. De rodillas frente a la obra, la mujer repetía unas palabras ininteligibles mientras sus pies, ligeramente inclinados hacia arriba, permanecían impasibles a ese tono rojizo que iba invadiendo el suelo.

El goteo empezó a ralentizarse y ella me miró. Sabía que no podía moverme. Ella soñaba de día y yo prefería la noche. Hubo episodios de nuestra cita que me eran desconocidos y que ella, en cambio, parecía atesorar en algún rincón de su mente. Mis recuerdos estaban fragmentados. Por una parte conservaba el olor que emanaba de su entrepierna, el sabor de los muslos temblando de estupor, los arañazos en la espalda. Por otra parte retumbaban en mi cabeza los gritos, el perdón, al que no comprendí su causa; los lloros, los suyos; la risa, la mía; y al fin, como último acto, el sueño.

Cuando desperté creía que todo seguía igual. Pronto comprendí mi error de cálculo, y más tarde supe, que la verdad, nunca estuvo al alcance de alguien como yo.

-Eduardo José Villanueva-



SUEÑOS

Cuando leí esta frase de mi querido Edgar, me di cuenta de la infinidad de cosas que pueden aflorar en la mente cuando vivimos con un pie en la tierra y con otro en las nubes de la ensoñación.

Hace tiempo era pragmática, realista y objetiva. Ahora soy una loca de atar que no puede evitar soñar incluso de día. No puedo evitar dejarme llevar por las melodías de otros mundos cuyas canciones solo suenan en mi cabeza.

Y no me importa si al soñar despierta me pierdo cosas buenas de la realidad. Cuando uno decide perderse en la inmensidad de otros mundos ficticios en vez de exprimir cada segundo como si fuera el último es porque aquello que se le va escurriendo entre los dedos de las manos tampoco es que sea tan verdadero o importante como pueda parecer.


Cuando sueño estando despierta, cobran vida los sueños, los anhelos, las palabras, y a veces también los miedos.

Pero cuando me silencio, cuando me limito a seguir los pasos de los convencionalismos de los cuerdos me marchito y me pierdo. Una parte de mí muere, y mis suspiros se me escurren entre los dedos de mis manos como si mis latidos fueran arena, partículas de arena de una playa desierta que no pisaré jamás.


Pero… ¡oh, cuando sueño!

Cuando sueño la arena grita de frío al entrar en contacto con las aguas del mar del norte, se solidifica, crea murallas intocables, castillos recios y parajes inolvidables.

Cuando sueño de día soy consciente de tantas cosas que escapan a aquellos que sueñan solo de noche para después olvidar lo soñado al despertar, que saber lo que sé, soñar lo que sueño, experimentar con mi mente y jugar con el tiempo, me hace sonreír y volar…

Porque hay quien vive solo una vida y hay quienes vivimos infinitas.

Porque los que sueñan solo de noche deberían probar a soñar también de día y conocer los miles de matices que esconde la vida.

-Octubre-



Y por si os gusta la poesía, como despedida, os dejo el booktrailer y la web donde podéis comprar el poemario de mi amigo Eduardo José Villanueva, que ha publicado recientemente con la Editorial Fanes. ¡Yo estoy deseando leerlo!

-Titulo: SOBRE LA INUTILIDAD DE ESCRIBIR.


-Versos del booktrailer:

A pesar de no llegar a calmar tu sed, bebes.
A pesar de no saber a dónde vas, avanzas.
A pesar de desconocer por qué lo haces, escribes.
Sospechas que la respuesta está revolcándose con el absurdo y,
a pesar de todo ello, continúas desnudando la pregunta.




-Comprar en la web:



El que se anime a leerlo...¡que nos cuente en comentarios!¡Besos!

viernes, 19 de junio de 2015

Palabra CONTRALUZ, y frase de CESARE PAVESE

¡Queridos lectores!

Llegamos con un poco de retraso pero seguimos al pie del cañón. Esta vez, con los Latidos de Junio, os traemos nuevas creaciones gracias a la palabra "Contraluz" y a una frase de Cesare Pavese de su poemario "Trabajar Cansa". 

¡Esperamos que os gusten!

+Contraluz:

Vista o aspecto de las cosas cuando se miran desde el lado opuesto a aquel por el que están iluminadas.

DESLUMBRADO

Fui deslumbrado por un halo de luz
que en mis retinas hizo estragos,
no supe ver donde empezabas tú
y donde acababa lo inhumano.

Fui deslumbrado
y mi pecado tenía tu nombre,
ya deforme, en los pliegues de la voz
de lo que la oscuridad absorbe.

En medio de todo
ahí estabas tú,
distorsionada,
a contraluz.

-Eduardo José Villanueva-


CORAZÓN A CONTRALUZ

El sol de la mañana gritaba con fuerza, arrasaba las sombras con sus ardientes caricias, cegaba con su luz cualquier retina que quisiera vislumbrar con ojos hambrientos ese nuevo amanecer.

Me asomé a la ventana y su resplandor me hizo temblar, achiné mis ojos en busca de oscuridad y de una pequeña tregua para prepararme. Miré hacia el colchón y tú estabas allí, dormido. Tu respiración serena y acompasada con los latidos de tu corazón. Tu cuerpo desnudo bajo las sábanas, que apenas lo ocultaban, brillaba con una tonalidad anaranjada que hacia resplandecer tu nívea piel.

«No eres solo sexo» pensé.

Y tras un suspiro de mis labios, que empañaron por un momento el cristal moteado por los residuos de la lluvia de la noche anterior, decidí sincerarme conmigo misma y dejar de mentirme.

Posé mi corazón sobre mis manos, lo soplé infundiéndole ánimos para hablar, lo así entre los dedos pulgares e índices y lo alcé para que los rayos del sol lo calentasen.

Al divisar las moléculas de polvo que deja a su paso la claridad, ocurrió. Fue al ver mi propio corazón a contraluz, cuando realmente me di cuenta de todos los sentimientos que dormían regazados dentro de él.

Ya no había rastro de viejas heridas, no había gotas de sangre y dolor derramándose por las aberturas, las cicatrices habían sido pulidas y por más que intentaba divisarlas no lograba encontrarlas.

Entonces recordé tu saliva ardiente erizando mi piel, el néctar que desprende tu lengua al enredarse con la mía, los susurros de tu voz grave. Las suaves, y a la vez salvajes, caricias de tus manos, nuestros cuerpos jugando libres bajo las sábanas, tus ojos mirándome como si fuera un diamante especial, mis sonrisas carcajeando al compás de tus sonrisas, nuestros latidos, gemidos y suspiros latiendo en una misma melodía.

Y al visionar de nuevo mi corazón a contraluz fui consciente de todos y cada uno de mis anhelos, de mis sueños, de lo que era y lo que podía llegar a ser y que solo lo conseguía estando a tu lado. Me percaté de que desde que tú apareciste en mi vida, ya no era esa muñeca rota, melancólica y nostálgica del pasado que dibujaba con rímel una pequeña lágrima bajo sus pestañas. Desde que tú apareciste en mi vida las sombras se fueron disipando, dejando solo una espesa niebla que ya no me martiriza, y que por el contrario me cobija, me abraza y me regala calor.

Y al visionar detenidamente mi corazón a contraluz, me di cuenta de que este había dejado de ser solo mío para ser en parte tuyo. 

-Octubre-


 +Frase:

“Ese hombre que transita todo el día las calles, no es ya un muchacho ni escapa de casa”. -Cesare Pavese- Poemario: Trabajar cansa.

CUALQUIERA

Ese hombre da la impresión de estar mimetizado con el entorno gris y monótono que envuelve sus días. Se ha ido convirtiendo en una pieza más del engranaje que configura su entorno. La forma que tiene de caminar no es la propia de una persona que huye pero tampoco lo es de quien ha encontrado su lugar. Vaga por los parajes de siempre: Podría recorrer el itinerario con los ojos cerrados y, en cambio, aunque los tiene abiertos, no presta atención a lo que le rodea; ni a las previsibles acciones que, una y otra vez, suceden, ni a las pequeñas y tenues sorpresas que depara cada ocasión.

El pasado es, para ese hombre, un viejo edificio, en el cual las obras siguen paralizadas aunque un cartel anuncia una futura remodelación. El futuro es, por otra parte, algo a lo que no dedica tiempo, sueños ni esfuerzos. Podría decirse que vive amarrado a un presente que no ofrece alternativas. No hay peligros ni riesgos, de la misma manera que no existen frustraciones, ni gozos, ni engaños. Vive la vida como si la carretera por la que avanza fuese el único camino posible.

Una tarde reaparece en su vida algo que tenía olvidado. Ese algo frena sus pasos. No es capaz de andar. Desea escapar, pero permanece paralizado. Piensa en gritar, pero sonríe. Se siente solo. Siente que la soledad estará siempre a su lado y, aunque quisiera luchar contra ella, la impotencia y, sobre todo, la férrea certeza de ser inferior al monstruo al que se enfrenta, frena el impulso que le arrastraría a combatir. Se siente solo. 

La noche cae y derriba el atardecer. La lluvia entra en escena. Los escaparates cierran. El mundanal ruido, lentamente, corre sus cortinas. El hombre continúa allí. El miedo se marcha y ese algo que tenía olvidado queda diluido entre las paredes del aire. Ahora sí está solo, completamente solo. Reanuda los pasos y transita las calles. Ni es ya un muchacho ni escapa de casa. 

-Eduardo José Villanueva- 


ESE HOMBRE

Ese hombre que desde que amanece cierra la puerta dejándolo todo atrás. 

Ese hombre que transita todo el día las calles, no es ya un muchacho ni escapa de casa.

Simplemente es un alma errante que se siente muerta en este mundo de vivos. No siente que su casa sea un hogar. Agotado por las prisas, por el sinsabor de su propia existencia, por el paso de los minutos que trasiegan acelerados sin producir nada que recordar.

Es un hombre solitario que busca desesperadamente un poco de luz en medio de la oscuridad. Que busca con ansias enfermizas una señal que le impida cortarse las venas o tirarse desde el precipicio más alto que encuentre.

Por el momento siempre consigue hallar algo que le recuerde su infancia, o los buenos momentos que vivió tiempo atrás, cuando gracias a las inocencia todo era más colorido, más bonito, más palpable; cuando gracias a sus amantes tenía cosas en su vida por las que suspirar.

Ese hombre que transita todo el día las calles, no es ya un muchacho ni escapa de casa, y el día que no consiga desmembrar las umbrías verdades que rajan el alma, se suicidará.

-Octubre-


¡Un abrazo y gracias por leer!